sábado, 8 de noviembre de 2014

Barry White y Elvis Presley



La forma en la que una canción puede influir en la vida de una persona es a veces realmente insospechada. Supongo que también tiene mucho que ver el momento en que se oye. Eso debió pasarle a un chico de 15 años, que pese a tener una incipiente formación músical, no paraba de meterse en problemas y terminó con sus huesos en la cárcel durante dos meses por el robo de unos neumáticos. Fue allí, donde ese chico escuchó la canción "It's now or never" de Elvis Presley. Un mensaje directo: "Es ahora o nunca". Y ese chico, que no era otro que Barry White, decidió que si era ese el momento de cambiar de rumbo y de amigos y dedicarse a la música. Eso es lo que cuenta Barry White (su nombre real es  Barrence Eugene Carter) en su autobiografía por la que sabemos que se crió en un gueto negro de Los Ángeles con un alto grado de delincuencia del que no era nada fácil escapar.


You are the first, my last, my everything




Y como no "It's now or never"




Cyrano de Bergerac (1990 - Jean Paul Rappeneau - Palabra de Cine



¿Y qué quieres que haga?
¿Buscarme un protector? ¿Un amo tal vez?
Y como hiedra oscura que sube la pared,
medrando sibilina y con adulación.
¿Cambiar de camisa para obtener posición?
¡No, gracias!

¿Dedicar, si viene al caso, versos a los banqueros?
¿Convertirme en payaso?
¿Adular con vileza los cuernos de un cabestro
por temor a que me lance un gesto siniestro?
¡No, gracias!

¿Desayunar cada día un sapo?
¿Tener el vientre panzón?
¿Un papo que me llegue a las rodillas
con dolencias pestilentes de tanto hacer reverencias?
¡No, gracias!

¿Adular el talento de los camelos?
¿Vivir atemorizado por infames libelos
y repetir sin tregua: Señores, soy un loro,
quiero ver mi nombre escrito en letras de oro!?
¡No, gracias!

¿Sentir terror a los anatemas?
¿Preferir las calumnias a los poemas?
¿Coleccionar medallas? ¿Urdir falacias?
¡No, gracias!
¡No, gracias!
¡No, gracias!…

Pero cantar… soñar… reír… vivir… estar solo…
ser libre, tener el ojo avizor, la voz que vibre,
ponerme por sombrero el universo,
por un sí o por un no,
batirme, o hacer un verso…
Despreciar con valor la gloria y la fortuna,
viajar con la imaginación ¡a la luna!.
Sólo al que vale reconocer los méritos,
no pagar jamás por favores pretéritos.
Renunciar para siempre a cadenas y protocolos.
Posiblemente no volar muy alto, pero solo.



Toda una declaración de principios....  Necesitamos urgentemente más películas como esta, más libros como este.