lunes, 19 de noviembre de 2012

Julio Cortázar.- Cita



“Creo que no te quiero, que solamente quiero la imposibilidad tan obvia de quererte. Como el guante izquierdo enamorado de la mano derecha.” 


Imagen: Armand  Point

Ciudad de Dios (Fernando Meirelles y Kátia Lund, 2002).- Fragmentos del guion




"¿Por qué quedarte en la Ciudad de Dios donde Dios te ha abandonado?"

"¿Arriesgarías la vida por una foto? ¡Olvídalo! Una foto hubiera podido cambiar mi vida, pero en la Ciudad de Dios si corres te agarran. Y si no corres, también."

"- No quiero ser ni bandido ni policía.
 - ¿Por qué?
- No quiero que me disparen."

"Para ser un bandido necesitas tener más que una pistola. Necesitas ideas."

"- Soy bandido porque no tengo cerebro. Pero tú eres muy inteligente. Deberías de estudiar.
- Voy a la escuela porque no me gusta el trabajo físico."

"¿También estás pensando? No lo hagas, será tu ruina."

"Mi corazón te ha elegido y sigo mi corazón."

"Lo bandidos no aman, sino desean. Los bandidos no hablan sino lisonjean."

"¿Crees que puedas ganar dinero trabajando? Adelante."

"El sol es para todos, la playa es para quien la merece."

"Los atracos no dan dinero, se gana dinero traficando."

"Vender drogas es un negocio como cualquier otro. El proveedor entrega las mercancías que después se colocan en envases en el local. Se hace en una línea de montaje. Más aburrido imposible."

"Si crías una serpiente te morderá."

"- ¿Por qué ese hijo de puta no me mató?
- Esperen. ¿Por qué no maté a ese hijo de puta? Volvamos."

"- Eres sólo un niño. - ¿Un niño? Yo fumo. Aspiro, he matado y robado. Ya soy un hombre."

"El Mujeriego descubrió que toda regla tiene excepción
Al tercer atraco, la excepción se volvió la regla."

"La Favela había sido un purgatorio. Se volvió un infierno."

"La meta de los dos lados pasó a ser la misma: Tomar los negocios del enemigo para tener más dinero para comprar más armas para tomar todos los negocios."

"- ¿Saben leer?
- Solo las fotos."

"Zé Pequeño había cometido un error. Debería haber sabido que detrás de cada vendedor hay siempre un proveedor y ellos no juegan."

"Si entregara esta foto del bandido, conseguiría trabajo. Esta me hará famoso, aparecerá en alguna portada.".

Antonio Vivaldi.- In furore iustissimae irae, RV 626




El motete de Vivaldi In furore iustissimae irae, RV 626 es una pieza que demuestra el valor y el talento del Vivaldi operista, del Vivaldi conocedor de las voces y sus potenciales para mostrar los más inusuales recursos expresivos de los cantantes.

En la época de Vivaldi, el motete para solista se hallaba ya perfectamente delineado en cuanto a su contenido y forma: dos arias unidad por un recitativo, con un jubiloso aleluya como brillante final. Dentro de la obra litúrgica del compositor barroco encontramos un gran número de estas composiciones. Pero, a juicios de muchos, ninguna tan brillante como el RV 626. Su partitura está dando vida en la que probablemente sea la gesta musical de principios de siglo, datada  en la década de los años 20 del siglo XVIII.

El aria 1 evoca, como el nombre del motete indica, la cólera, el furor divino. Las crónicas de la época recuerdan a Vivaldi como un “furioso” virtuoso del violín. Nunca nadie como él reflejó la cólera y la ira de esa forma tan intensa y energética. Para mí la escucha de este motete es como una especie de recarga de pilas. El que diga que el barroco es aburrido, que escuche este motete. Creo que pocas cosas hay que puedan ser tan brillantes en apenas 15 minutos de duración. Siguiendo con la descripción del aria 1, sus principales características son, junto con lo agitado del tempo, la tonalidad menor, la necesidad de una solista capaz de endiabladas agilidades vocales, y la repetición de notas y escalas, sobre todo en el ritornello.

Tras un breve recitativo nos vamos al aria 2 “la lenta”. El tempo indicado, “dulcissimo Adagio”, nos muestra la finalidad del pasaje: expresar el arrepentimiento del pecador, abandonado a las lágrimas y a la penitencia. Atentos a la palabra langescit, sobre la que recae el peso del aria.

Y por último, un Aleluya magnífico, de una escritura brillantísima, y muy compleja. La guinda del pastel  . Desprovisto de introducción orquestal, es la voz la que empieza a dibujar el motivo principal del aria 1, a una mayor velocidad y con abundantes notas stacatto que confieren a la pieza una gran ligereza y velocidad.


Imagen: Tintoretto.- Tarquino y Lucrecia


Vivaldi - Motet in C minor "in furore iustissimae irae" for soprano, strings, and basso continuo RV626

1. Primera aria



2. Recitativo: "Miserationum Pater piissime"





Performed by Ensemble Caprice
Featuring Monika Mauch, soprano
Directed by Matthias Maute


Aria 3

Alleluia








Dostoievski.- Crimen y Castigo




Una tarde extremadamente calurosa de principios de julio, un joven salió de la reducida habitación que tenía alquilada en la callejuela de S... y, con paso lento e indeciso, se dirigió al puente K...

Había tenido la suerte de no encontrarse con su patrona en la escalera.
Su cuartucho se hallaba bajo el tejado de un gran edificio de cinco pisos y, más que una habitación, parecía una alacena. En cuanto a la patrona, que le había alquilado el cuarto con servicio y pensión, ocupaba un departamento del piso de abajo; de modo que nuestro joven, cada vez que salía, se veía obligado a pasar por delante de la puerta de la cocina, que daba a la escalera y estaba casi siempre abierta de par en par.

En esos momentos experimentaba invariablemente una sensación ingrata de vago temor, que le humillaba y daba a su semblante una expresión sombría. Debía una cantidad considerable a la patrona y por eso temía encontrarse con ella. No es que fuera un cobarde ni un hombre abatido por la vida. Por el contrario, se hallaba desde hacía algún tiempo en un estado de irritación, de tensión incesante, que rayaba en la hipocondría. Se había habituado a vivir tan encerrado en sí mismo, tan aislado, que no sólo temía encontrarse con su patrona, sino que rehuía toda relación con sus semejantes.

La pobreza le abrumaba. Sin embargo, últimamente esta miseria había dejado de ser para él un sufrimiento. El joven había renunciado a todas sus ocupaciones diarias, a todo trabajo.
En el fondo, se mofaba de la patrona y de todas las intenciones que pudiera abrigar contra él, pero detenerse en la escalera para oír sandeces y vulgaridades, recriminaciones, quejas, amenazas, y tener que contestar con evasivas, excusas, embustes...

No, más valía deslizarse por la escalera como un gato para pasar inadvertido y desaparecer. Aquella tarde, el temor que experimentaba ante la idea de encontrarse con su acreedora le llenó de asombro cuando se vio en la calle..................

Imagen: E. Munch.- El asesino

Jorge Luis Borges y su visión de sí mismo


BORGES Y YO (Texto incluido en "El hacedor" - 1960)

"Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páinas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro.

Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.

No sé cuál de los dos escribe esta página."
 
"Borges y yo" leído por el propio Borges
 

"Appaloosa" - Ed Harris - 2008 - Western


APPALOOSA (2008) - 107' - EEUU - DIR.: Ed Harris
REPARTO: Viggo Mortensen, Ed Harris, Renée Zellweger, Jeremy Irons, Timothy Spall, Ariadna Gil, James Gammon, Cerris Morgan-Moyer, Tom Bower
 
Dicen que el Western ha muerto hace tiempo y sin embargo no paran de surgir películas de dignísima factura dentro de este género, no en una cantidad como la de antaño, pero si de gran calidad. Es el caso de "Appaloosa" (2008) una película estadounidense protagonizada por un ramillete de actores verdaderamente sensacionales.
 

El film es una apuesta personal de Ed Harris que durante un viaje familiar se enamoró de la historia contada en una novela del oeste de Robert B. Parker y en la que se narran las aventuras de dos pistoleros que ponen sus habilidades con las armas al servicio de aquellas ciudades en las que el desorden reinante requiere de sus servicios como Sheriff ocasionales, y entre los cuales existe una relación de camaradería y lealtad inquebrantables ante cualquier tipo de afrenta. Ed Harris animado por el éxito conseguido tras la dirección de "Pollock" se lanza a escribir, dirigir y producir este western para el que se reserva también uno de los papeles protagonistas: el del duro e insensible Virgil Cole, que podía dudar y atrancarse a la hora de utilizar una palabra, pero nunca si de apretar el gatillo se trataba. A pesar de ello no es una película de tiroteo a diestro y siniestro; aquí los duelos son principalmente actorales, toda vez que el director se muestra más interesado por la insólita psicología de sus protagonistas que por su habilidad con el gatillo. La película crece sobre todo en las distancias cortas, en el diálogo y en el espacio íntimo. Es en definitiva una película hecha por actores  y para actores.
 

La acción parece transcurrir en 1882 en el estado de Nuevo México, donde "Virgil Cole" (Ed Harris) llega con su inseparable compañero "Everett Hitch" -encarnado por un extraordinario Viggo Mortensen- a un poblado minero en el que reina la anarquía llamado Appaloosa (es el nombre de una raza de caballo, muy utilizado por los indios y que presenta el pelaje moteado o pecoso, que podría ser la traduccion de "Appaloosa"). Pronto serán contratados por las autoridades locales para que los defiendan de "Randall Bragg" el malo que en esta ocasión encarna un siempre soberbio Jeremy Irons, al que realmente no le sienta mal el rol que desempeña. Pero todavía quedará por aparecer el elemento desestabilizador de todo este entramado tradicional en una película del oeste, la señorita "Allison French", interpretada por una anodina Rene Zellwegger, una damita de modales remilgados y bastante ligera de cascos, que ira picoteando con uno u otro según encuentre ventaja en ello y lo vaya imponiendo la situación. También aparece Ariadna Gil, aunque no tan vistosa como ella merece. La película muestra puntuales ecos de "Rio Bravo" y la detención de "Randall Bragg" provocará una serie de circunstancias en la que cobrará especial importancia las faldas de la Zellwegger. Lo agitamos todo y tendremos como resultado un señor western, que con su factura clásica y su sensacional reparto hace las delicias de los amantes de este género.
 

La película gano el premio Boston Film Festival de 2008 a la mejor película y mejor guión adaptado.
Otras críticas:
 
"Afortunadamente, sus gestos hacia la grandiosidad son pocos y superficiales. (...) Merece la pena verla. No es un gran western, y realmente no trata de serlo." (A. O. Scott: The New York Times)
 
"Un magnífico western, un potente recital interpretativo que se clava en la mente y el corazón. (...) Aunque está filmada con estruendosa acción e intrigante suspense, la película encuentra su almas en sus personajes principales. (...) Puntuación: ***1/2 (sobre 4)." (Peter Travers: Rolling Stone) 
 
"Con diálogos brillantes, contundentes e impagables, con personajes imprevisibles que nunca son de una pieza, con situaciones llenas de tensión (...) Es un western raro, pensado y sentido, de los que se recuerda" (Carlos Boyero: Diario El País)
 
"Cinta sobria, recia y nada pretenciosa, para ver en buena compañía, si pueden. (...) el mejor disparo de género desde 'Sin perdón'. (...) Puntuación: **** (sobre 5)." (Federico Marín Bellón: Diario ABC)
 
"Ed Harris ama el western y demuestra ser un director sensible e inteligente. (...) Puntuación: *** (sobre 5)" (Omar Khan: Cinemanía) 
 
"Cruce del cine de género más clásico, el de Hawks o Sturges, con el spaghetti-western del mejor Sergio Leone. (...) un producto sin fisuras ni sorpresas. (...) Puntuación: *** (sobre 5)" (Nuria Vidal: Fotogramas)
 
 
PRODUCCIÓN: Warner Bros. Pictures / New Line Cinema
GUIÓN: Ed Harris, Robert Knott (Novela: Robert B. Parker)
MÚSICA: Jeff Beal
FOTOGRAFÍA: Dean Semler

El trailer de la película:

Aforismos de Fernando Pessoa



AFORISMOS EXTRAÍDOS DEL "LIBRO DEL DESASOSIEGO"

La vida es la búsqueda de lo imposible a través de lo inútil.

Morir es ser completamente otros. Por eso el suicidio es una cobardía; es entregarnos por completo a la vida.

El arte es la expresión intelectual de la emoción, a diferencia de la vida, que es la expresión volitiva de la emoción.

El alma humana es víctima tan inevitable del dolor, que padece el dolor de la sorpresa dolorosa incluso de aquello que debería esperar.

La vida práctica siempre me pareció el menos cómodo de los suicidios.

Nadie se amaría a sí mismo si de verdad se conociera.

Nos entendemos porque nos ignoramos.

El arte miente porque es social.

Soy como el hombre que vendió su sombra, o mejor, como la sombra del hombre que la vendió.

Una opinión es una grosería, incluso cuando no es sincera.

Si te resulta imposible vivir solo, es que naciste esclavo. Puedes poseer todas las grandezas del espíritu, todas las del alma: serás un esclavo noble, o un siervo inteligente, pero no serás libre.

La muerte es una liberación, porque morir es no necesitar del otro.

Lo perfecto es inhumano, porque lo humano es imperfecto.

Sufrir mucho puede dar la ilusión de que se es el Elegido del Dolor.

El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad.

Toda la vida es guerra, y la batalla es, pues, la síntesis de la vida.

Todo hombre de acción es esencialmente animado y optimista porque quien no siente es feliz.

Todo placer es un vicio, porque buscar el placer es lo que todos hacen en la vida, y el único vicio negro consiste en hacer lo que hace todo el mundo.

Y yo, que odio la vida con timidez, temo la muerte con fascinación.

El hombre superior se distingue del hombre inferior y de sus hermanos animales por la simple cualidad de la ironía. La ironía es el primer indicio de que la conciencia se hizo consciente.

Lo que hay de más grosero en los sueños es que todos los tienen.

Nunca amamos a alguien en concreto. Amamos tan sólo la idea que nos formamos de alguien. Es un concepto nuestro -es, en suma, a nosotros mismos- lo que amamos.

El pensamiento colectivo es estúpido porque es colectivo: nada pasa las barreras de lo colectivo sin dejar en ellas, como impuesto indirecto, la mayor parte de la inteligencia que lleve consigo.

Las palabras de los otros son errores de nuestro oír, naufragios de nuestro comprender.

¿Por qué es hermoso el arte? Porque es inútil. ¿Por qué es fea la vida? Porque toda ella es fines, intenciones y propósitos.

Nunca se vivió tanto como cuando se pensó mucho.

Existir es renegar. ¿Qué soy yo hoy, viviendo hoy, sino un renegar de lo que fui ayer, del que fui ayer?

Cada uno de nosotros es varios, es muchos, es una multiplicidad de sí mismos. En la inmensa colonia de nuestro ser hay gente de especies muy diversas, pensando y sintiendo de forma diferente.

En lo que nace tanto podemos sentir lo que nace como pensar lo que ha de morir.

Nuestra imaginación de lo imposible quizás no sea exclusivamente nuestra, que yo ya he visto gatos mirando a la luna, y no sé si no la pretendían.

Conocer es matar, tanto en la felicidad como en todo lo demás. No conocer, sin embargo, es no existir.

Nada hay que mejor señale la pobreza de espíritu que el no saber usar el ingenio sino con personas.

En el momento en que sufrimos, parece que el dolor humano es infinito. Pero ni el dolor humano es infinito, pues nada de lo humano es infinito, ni nuestro dolor tiene otro valor que el de ser un dolor que nosotros sentimos.

Ver y oír son las únicas cosas nobles que la vida encierra. Los otros sentidos son plebeyos y carnales. La única aristocracia consiste en no tocar nunca. No aproximarse –he ahí la hidalguía.

No es el tedio la enfermedad del aburrimiento de no tener nada que hacer, sino la enfermedad más grave de sentir que no vale la pena hacer nada. Y, siendo esto así, cuanto más tengamos que hacer, más tedio sentiremos.

Sólo la debilidad extrema de la imaginación justifica que uno tenga que trasladarse para poder sentir.

La vida es lo que hacemos de ella. Los viajes son los viajeros. Lo que vemos no es lo que vemos, sino lo que somos.

Caras que veía habitualmente en mis calles de siempre –si dejo de verlas, me entristezco; y no significaron nada para mí, salvo el ser el símbolo de la vida entera.

Y todo cuanto hago, todo cuanto siento, todo cuanto vivo, no será más que un transeúnte de menos en la cotidianidad de las calles de una ciudad cualquiera.

El premio natural de mi alejamiento de la vida fue la incapacidad, que creé en los otros, de sentir conmigo.

Tan difícil es conseguir aquella distinción del espíritu que permite al aislamiento ser un reposo sin angustia.

Nunca dudé de que sería traicionado por todos; y siempre me sorprendí cuando me veía traicionado. Cuando acontecía lo que yo ya esperaba, siempre me resultaba inesperado.

La vida nos persigue como nuestra propia sombra. Y sólo deja de haber sombra cuando todo es sombra.

Nunca debe de hacerse hoy lo que puede dejar de hacerse también mañana.

Todo cuanto vive, vive porque muda; muda porque pasa; y, porque pasa, muere.

Todo cuanto vive, perpetuamente se transforma en otra cosa, constantemente se niega, se hurta a la vida.

El amor quiere la posesión, pero no sabe lo que es la posesión. Si yo no soy mío, ¿cómo seré tuyo, o tú mía? Si no poseo mi propio ser, ¿cómo habré de poseer un ser ajeno? Si ya soy diferente de aquel de quien soy idéntico, ¿cómo seré idéntico de aquel de quien soy diferente?

Sólo las cartas comerciales son dirigidas. Todas las otras deben, por lo menos para el hombre superior, ser solamente para sí mismo.

Por la boca mueren el pez y Oscar Wilde.

Y así cambiar para mejor, por ser malo cambiar, significa siempre cambiar para peor. Y perder un defecto, o una deficiencia, o una negación, es siempre perder.

La única realidad, para mí, son mis sensaciones. Yo soy una sensación mía. Por lo tanto, ni de mi propia existencia estoy seguro. Puedo estarlo apenas de aquellas sensaciones a las que llamo mías.

Y porque este libro es absurdo, yo lo amo; porque es inútil, quiero darlo; y porque de nada sirve querértelo dar, te lo doy...